¿De qué nos sirve desear mejorar si todo queda en palabras y las palabras se las lleva el viento?, ¿de qué criticar si no mejoramos nuestros propios defectos?, ¿de qué desear lo del prójimo, si no luchamos por tener lo que queremos?. Antes de desear lo que no tenemos y criticar a los demás, tenemos que pensar en nosotros mismos y empezar a experimentar un cambio interior.
Nos tenemos que proponer como colombianos el tener sentido de pertenecía por nuestro país, principalmente porque si no queremos el lugar donde vivimos, jamás vamos a mejorarlo. Normalmente, lo único que hacemos es sentarnos a criticar al presidente, al alcalde, al senador, al gobierno en general y no pensamos que ellos están en esos puestos porque así lo quisimos. Cada ciudadano cuenta y si no votamos por un mejor futuro, quedamos en manos de gente ignorante que vende sus votos al mejor postor, que se dejan engañar e influenciar por las propuestas maravillosas de un “candidato”, hay que pensar bien antes de votar, hay que saber a quién le vamos a entregar nuestra ciudad, nuestro país. Creo que vale la pena votar. No nos podemos confiar y mucho menos conformarnos con el presidente o el alcalde que unos pocos eligieron.
¡Nosotros elegimos, nosotros mandamos!
Así, obligamos verdaderamente al gobierno a brindarnos seguridad, salud y educación para que no olvide sus obligaciones mientras nos recuerda permanentemente nuestros deberes (el pago de impuestos).
¿Cómo es posible que el gobierno colombiano aporte solo un 0.4% del Producto Interno Brutoa la educación superior?, ¿Cómo otros países como Estados Unidos, Canadá, Japón o Chile aportan más del 1.5% a la educación superior de su gente, de su pueblo, de su futuro?. Si nosotros, los colombianos, queremos salir adelante y que nuestro país mejore, tenemos que empezar por saber escoger nuestros gobernantes, esta situación tiene que cambiar, porque todos tenemos derecho a la educación y la salud.
Si nosotros los jóvenes no hacemos nada ahora para que esta situación cambie, créame que nadie va a venir a cambiarlo por nosotros, juntos podemos luchar y hacer cambiar las cosas.
¿Cómo es posible que en este país que se hace llamar democrático, solo siete millones de ciudadanos voten, cuando somos más de 30 millones los que podemos votar?, ¿Qué pasa, Colombia?, ¿Donde está esa democracia por la que tanto luchamos?
¿Cómo es posible que el gobierno le brinde amnistía a los guerrilleros, narcotraficantes y delincuentes organizados, les ofrecen plata, vivienda y otros bienes para que dejen de delinquir, mientras, los desplazados por la violencia sufren cada día buscando su alimento?, ¿acaso aquí en Colombia hay que volverse malo para que el gobierno le de plata?.
Esa plata debería de ser invertida en educación y salud, de este modo la gente pobre no tendría que delinquir para conseguir su sustento diario. Si hay más estudio, habrá más trabajo menos delincuentes. Y a los delincuentes les debería caer todo el peso de la justicia, para que vean que aquí en Colombia el que las hace las paga.
Pensemos bien por quién vamos a votar, a quién pondremos en el poder, pues saber elegir es saber construir juntos un mejor futuro, un país mejor, una Colombia nueva donde la salud y la educación sea para todos, ¡no solo para unos pocos!.
Por Tania Betancourt, Estudiante segundo semestre del Programa de Comunicación Audiovisual y Multimedios de la Fundación Universitaria del Área Andina, seccional Pereira
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